¡Ah!, bien, ¿pero ese parque vale algo?

El Parque del Este es una zona natural que actualmente se utiliza por muchos tricantinos para pasear, correr y montar en bicicleta. Se trata de una zona de regeneración del encinar típico de este rincón de la rampa de la sierra madrileña, donde antes pastaba un rebaño de ovejas. Una parte importante del parque está ocupada por un encinar semiabierto en el que resulta muy agradable pasear o sentarse a la sombra, con un gran número de encinas centenarias, y varios rodales de encinas, jaras y enebros que están recuperando el terreno anteriormente cedido al pasto. El terreno más abierto, que se corresponde con los antiguos pastos, presenta encinas aisladas, jaras y enebros, y es adecuado para practicar varios deportes, incluido una pista de bicicleta BMX situada a un lado del parque, o incluso para realizar un agradable picnic. Finalmente, también hay varios sotos de ribera formados por chopos y sauces, que además de albergar una nutrida fauna de insectos y pájaros sirven como pantalla acústica que protege a los vecinos de Soto de Viñuelas de los ruidos de las fábricas de la zona industrial.

De hecho, uno de los grandes valores del Parque del Este es su labor como banda de protección natural, reduciendo el impacto de la zona industrial de Tres Cantos tanto sobre el área de especial protección ambiental del Soto de Viñuelas, como sobre la urbanización del mismo nombre. Sin este parque, los ruidos diurnos y nocturnos y las luces nocturnas derivadas de la actividad industrial tendrían un efecto muy importante sobre el bienestar tanto de gran cantidad de vecinos de Tres Cantos, como de la fauna y flora de la Finca de Viñuelas.

Mariposa arlequín, fotografiada en el Parque del Este el 14-04-2017

Además, el parque sirve como corredor biológico que permite mantener poblaciones de multitud de insectos y plantas dentro del entorno de Tres Cantos, facilitando por ejemplo el suministro contínuo de polinizadores a las zonas que rodea. Permite además el desplazamiento de diversas especies de mamíferos, reptiles y anfibios a lo largo del límite del Monte de Viñuelas, hasta zonas en las que pueden traspasar el muro con más facilidad. Facilita asimismo el tránsito de aves como el águila imperial, ratoneros, abejarucos o abubillas, que evitan las zonas más pobladas. Este tipo de territorios de tránsito son clave para todas las estrategias de conservación de la biodiversidad basadas en crear un paisaje diverso y sostenible que integre fragmentos naturales con áreas urbanas o industriales, ya que permite mantener la conectividad entre las diferentes poblaciones de multitud de especies, cuya supervivencia se vería sino amenazada por procesos de endogamia o por fluctuaciones poblacionales ocasionales.

Finalmente, el Parque del Este presenta una elevada diversidad de fauna y flora. A las aves y plantas antes mencionadas se unen multitud de plantas herbáceas y de insectos que mantienen el funcionamiento propio de un área de entorno natural en un parque urbano. Un buen ejemplo del valor del parque como reservorio de biodiversidad son las poblaciones que mantiene de mariposa arlequín, catalogada como en peligro de extinción. Además de las especies que alberga, la dinámica del parque es totalmente sostenible, y al ser un área natural este parque tiene un coste mínimo de mantenimiento. Y, por encima de todo, forma parte de un área protegida dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, catalogada entre otras categorías como Zona de Especial Protección Para las Aves, y perteneciente a la Red Natura 2000 de la Unión Europea.

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Publicado el

2 junio, 2017

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