La biodiversidad de Tres Cantos y su importancia

El municipio de Tres Cantos se encuentra a caballo entre la ciudad de Madrid y la sierra de Guadarrama, una situación que le confiere muchas de sus características sociales, económicas y también ecológicas.

La ciudad de Tres Cantos es un ejemplo de ciudad planificada o de nueva planta, es decir una ciudad creada en un terreno previamente no urbanizado, con un propósito determinado y dentro de un plan urbanístico global. El desarrollo de Tres Cantos depende, por lo tanto, de una decisión administrativa y no del movimiento natural de la población. La ciudad se diseñó originalmente con multitud de áreas verdes y parques urbanos, aunque en las nuevas fases se ha perdido el espíritu original y predominan los grandes bloques de edificios que caracterizan muchas ciudades dormitorio de Madrid. Este cambio en la estrategia urbanística ha tenido y está teniendo un impacto negativo en el paisaje del pie de la sierra, en la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas del centro de la Comunidad de Madrid, y en la salud y bienestar de los habitantes del municipio y zonas aledañas.

A pesar de este reciente y desafortunado giro en la estrategia urbanística, el municipio de Tres Cantos es de una gran belleza, y cuenta con una biodiversidad vegetal y faunística excepcional en la Comunidad de Madrid. El paisaje es también muy destacable. Desde algunos cerros y puntos altos, se tienen buenas vistas de la Sierra de Guadarrama, la Serra de Hoyo de Manzanares, la Sierra de la Cabrera y de picos emblemáticos como el cerro de San Pedro. Tres Cantos se encuentra rodeada de naturaleza, destacando los espacios de el Monte de El Pardo y la finca del Soto de Viñuelas. El municipio es atravesado por varios arroyos que contribuyen a mantener una rica fauna y flora y que sirven para la vital función de conexión que por su ubicación geográfica corresponde a Tres cantos.

El encinar es la vegetación potencial y dominante de la zona donde se emplaza la actual ciudad de Tres Cantos y ocupa la mayor parte de la superficie del municipio. Aparece de forma más o menos adehesada, acompañado de un escaso estrato arbustivo compuesto principalmente por jaras, cantuesos y retamas. Constituye el hábitat de multitud de especies de fauna, como la abubilla o el zorro. Sus frutos sirven de alimento a ratones de campo, lirones careto y, sobre todo, palomas torcaces. En los huecos de los árboles se refugian y crían paseriformes como el carbonero común y el herrerillo común y rapaces nocturnas como cárabos y autillos. Las copas son un buen posadero para el mochuelo europeo, y muchas pequeñas aves como pinzones vulgares, petirrojos y verderones comunes. El estrato arbustivo y herbáceo es también un interesante refugio que aprovechan el conejo, la liebre, la perdiz roja y numerosos reptiles. Sobre el cielo de la ciudad, y por todo el municipio sobrevuelan multitud de buitres leonados y algunos buitres negros, y muchas otras rapaces como milanos reales y negros, ratoneros, azores, e incluso alguna águila imperial. En fresnos trasmochos y también en infraestructuras humanas anidan cigüeñas blancas. Es destacable además la gran riqueza entomológica, especialmente de lepidópteros y coleópteros. En el municipio se encuentra un Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) que realiza una importante función de cuidado y reintroducción de ejemplares accidentados.

Las coníferas, sobre todo varias especies de pino, ocupan extensiones importantes como resultado de varias repoblaciones. Animales como la ardilla roja, el ratón de campo o el pico picapinos, aprovechan las piñas y suelen observarse en la proximidad de estos árboles.
La vegetación de ribera está dominada de forma natural por álamos y fresnos, con diversas especies de sauce de pequeño porte. Algunas riberas han sido replobadas con variedades de álamo negro (Populus deltoides, P. canadensis) que envejecen mal y requieren cuidado y mayor atención. En estas riberas crían ruiseñores y pitos reales, asi como multitud de insectos, topillos y ratones de campo. Los distintos arbustos son utilizados por numerosas aves como zarceros, mosquiteros comunes, currucas capirotadas y cabecinegras o mirlos que los aprovechan También cerca de los cauces, pero extendiéndose por sus laderas, la olmeda constituía la formación arbórea más importante, hoy casi desaparecida por el ataque de una enfermedad, la grafiosis, provocada por el hongo Ceratocystis ulmi, que ha diezmado las olmedas en toda Europa. El terreno de los sotos, por su mayor fertilidad y humedad permite el crecimiento de numerosas especies introducidas desde otras zonas de España o desde países más o menos lejanos, como el plátano de sombra y el castaño de Indias, las acacias y los arces negundos. Arboles exóticos muy adaptables como el ailanto se encuentran en numerosos rincones del municipio de Tres Cantos.
Este valioso patrimonio natural se engrana de manera natural con la diversidad de parques y jardines que rodean los barrios sobre todo de las dos primeras fases. Son un importante espacio de recreo no solo para los habitantes del municipio sino para muchas personas que vienen a pasear y a estudiar su fauna y su flora. La biodiversidad excepcional de Tres Cantos y su relativo buen estado de conservación confiere al municipio un gran valor no solo como almacén biológico sino como corredor ecológico. No en vano surcan el municipio de Tres cantos varias cañadas y sendas pecuarias que revelan la vocación de conexión entre zonas bajas y montanas del territorio. Este papel de conector entre espacios protegidos, El Pardo y Viñuelas por el sur, el parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares y el parque nacional de la sierra de Guadarrama por el norte, hacen de Tres Cantos un lugar clave en el paisaje, la ecología y la biodiversidad de la zona centro de la Península Ibérica.